B»H
Hoy celebramos el Año Nuevo de los Árboles. ¿Qué quiere decir esto exactamente? Yo no se donde ustedes están, pero por aquí no se ven mas que árboles secos. De hecho, como les conté aquí, quería poner higos frescos en mi mesa de Tu B’Shvat (como acostumbramos comer las siete especies de la Tierra de Israel) pero nada! Ninguno de mis árboles de higos tienen fruto en esta época. Pero, mucho mas importante que mis higos, la pregunta es, ¿qué tiene que ver el cumpleaños de los árboles con mi vida?La Torá dice «El hombre es como el árbol del campo.» (Devarim 20:19) Dicen nuestros sabios sobre este verso, que si uno quiere saber algo sobre si mismo, debe de observar a un árbol. Veamos algunas de las lecciones que podemos aprender de un árbol…y como estamos en Jewish Latin Princess, realcemos la lección con imágenes bellas de árboles de Puerto Rico tomadas por mi querido y talentoso padre ;-)
1- Raices- son el ancla del árbol, que lo agarran al suelo y le proveen del agua y sus nutrientes.
A diferencia de los ánimales, el árbol tiene que estar agarrado al suelo para sobrevivir y crecer. El árbol es estacionario, constantemente agarrando el agua de la tierra y sus nutrientes. Y dado a este agarre firme a la tierra, el árbol logra crecer mas algo y mas fuerte que cualquier miembro del reino animal. ¿Sabían que hay árboles que han vivido miles de años?
En el ser humano, esas raices, son la fé; la fé en Di-s.
La fé en Di-s es una destreza que se desarrolla y por ende requiere trabajo. La vida presenta muchos retos y es la fé la que nos ayuda a afrontarlos y sobrepasarlos.
Hoy, en Tu B’Shvat, el árbol está atravesando un proceso totalmente interno, cuyo resultado no veremos hasta la primavera. De manera similar, cuando uno está en el invierno de la vida, hay un proceso interno que esta sucediendo en nosotros – el desarrollo y fortalecimiento de esa fé. Y al igual que el árbol, después del invierno, volveremos a renacer. Renaceremos, mucho mas fuertes. De hecho, vamos a florecer.
Es esa fe la cual nos nutre constantemente, y nos mantiene agarrados a nuestra fuente de vida. Y con ese agarre podemos resistir y contrarrestar los asotes de viento que se nos presentan.
Además, las raíces son la parte menos glamorosa del árbol. Están debajo de la tierra, casi invisibles, y no tienen la majestuosidad del tronco o el colorido de sus hojas y flores, ni el sabor de sus frutos. Sin embargo, son la parte mas crucial por que sin ellas el árbol no puede sobrevivir. De manera similar, en comparación al intelecto, a las emociones, a los logros prácticos, la fé pareciera ser mucho menos «glamorosa». Es muy sencilla. Es un compromiso muy simple y puro. Pero, a la ves, es muy profunda- no es evidente a los demás y a veces ni a nosotros mismos. Pero es la fundación de nuestro árbol. 2- El cuerpo del árbol son el tronco, las ramas y hojas. Estos representan los logros intelectuales, emocionales y prácticos que llevamos a cabo en nuestras vidas.Pueden haber muchos logros, mucha sabiduría, profundidad de sentimientos, experiencias en abundancia, pero si estos no están agarrados y vitalizados por una fé mas grande aún, este es un árbol propenso a colapsar eventualmente por su propio peso. Sin embargo, una persona puede tener poco conocimiento, pocos logros, pocas experiencias. Pero si sus raíces son extensas y profundas, es un ser saludable y con plena capacidad de afrontar la vida y con pleno potencial de desarrollarse de una manera hermosa.
3- Las frutas- contienen las semillas y el potencial para reproducirse. Estas representan la capacidad que tenemos de sembrar en otros e influenciar sus vidas para bien. Todas sabemos que una cosa tan pequeña como una sonrisa, puede cambiar el día de una persona y por consiguiente, el día de todos con los que esta se encuentre.
Así de cientos o miles de años que tengan, los árboles siguen dando frutos. De la misma manera nosotros siempre podemos seguir dando. En cada época de nuestras vidas, tal vez damos de una manera distinta, pero siempre podemos seguir influenciando y dando frutos.
Habiendo aprendido tanto del árbol, aprovechemos el día de Tu B’Shvat para pensar en los siguiente: ¿Estoy nutriendo mis raíces y las de mis seres queridos para que crezcan sanos y fuertes? ¿Están mis raíces bien ancladas de manera que yo pueda sobrevivir todo tipo de tormentas y retos? ¿Cómo están mis semillas, lo que le ofrezco al mundo? ¿Están completamente integras? ¿Se inclinarme suavemente con el viento, aceptando todo lo que Di-s me envia, sin romperme? ¿Me estoy asegurando de que mis frutos sean dulces y de poder ayudar al prójimo? ¿Inspiré a otros? ¿Y por sobre todo, logré en ellos una sonrisa? ¡Feliz Tu B’Shvat, amigas!Fotos por Rafael Buxeda Díaz
P.D.Gracias a mi querido y talentoso padre por las bellas fotos de árboles de Puerto Rico. Pueden ver mas de su trabajo hermoso aquí. Si han vivido en América Latina y/o si les gusta la fotografía, van a apreciar muchísimo su trabajo en el portafolio. ¡Está buenísimo! Se los prometo. Y mazal tov! Mi papá publicó recientemente un hermoso libro de fotografías de la Habana Vieja, el cual ha sido muy bien recibido por el público. Pueden ver más sobre el libro aquí.
¡Sí puedes preparar un Shabbat hermoso sin pavor ni ansia!
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