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¡Buenos días a todas! La ganadora del super sacapuntas de Classroom Friendly Supplies es Julie Weinstein. Julie, te envié un email. ¡Felicidades! :-) Ojalá me cuentes cual escogiste y que piensas del saca puntas.
Bueno, amigas, llegamos a la recta final… listas on no, nos aproximamos a coronar al Rey… ¡Rosh Hashaná esta ahí al lado! ¡Super emocionante! Antes de que tomemos un descanso para el Jag, quería compartir con ustedes una linda historia que escuche la semana pasada, nuevamente en la mesa de Shabbat ;-). Como ven, me encantan las historias, que les puedo decir. Escuchen esto por que está uff…
Hubo una ves un jasid polaco, un hombre de negocios muy rico. Cada mañana en el shul se paraba y gritaba, «¡Emuná, Simjá, y Bitajón!» (Fé, Alegría y Confianza en Di-s). Esto sucedió durante años, todos los días. Todos se habían acostumbrado al asunto y así era la cosa.
¡Mas un día, el empresario lo perdió todo! Su bodega se encendió en llamas y se quedó sin negocio. ¡Nada!
El próximo día en el shul, el empresario se paró y como de costumbre gritó, «¡Emuná, Simjá, y Bitajón!» con su tono usual. De hecho, nada podría sugerir que el hombre estaba confrontando un terrible reto.
Un anciano sentado en la parte de atrás del shul se le acercó y le dijo con admiración: «Todos estos años has sido bendecido con todo. Era fácil entender tu actitud hacia Di-s. Pero ahora, ante esta situación tan difícil, tu fe y actitud positiva parecen estar tan fuertes como antes. ¡Ahora si estoy impresionado!»
El empresario explicó su actitud con el siguiente ejemplo:
Según el Shuján Aruj (el Código de Ley Judía), la Amidá (literalmente, rezo que se realiza de pie) se debe decir únicamente cuando uno esta parado; no, sentado. ¿Pero, que sucede si alguien no está ni parado, ni sentado, sino apoyado? ¿Se puede decir la Amidá si uno esta apoyado en algo?
El Shulján Aruj contesta que si el modo de estar apoyado es tal que uno se caería si sacaran el objeto en el cual nos estamos apoyando; entonces, no está permitido decir el rezo apoyado. Pero, si por el contrario, al quitar el objeto en el cual nos estamos apoyando, uno no se cayera y se mantuviera de pie; entonces, en ese caso si se permitiría decir el rezo «apoyado.»
Esto nos enseña una lección muy poderosa: el apoyarse sólo se torna en una caída si dependemos completamente del objeto en el cual nos estamos apoyando. En mi caso, yo pude haberlo perdido todo; perdí mi negocio y riqueza, pero como nunca me apoyé/dependí de estas cosas, puedo decir con corazón completo, «¡Emuná, Simjá y Bitajón!»
Historia poderosa, ¿cierto? ¿Cuántas podemos decir con certeza que podríamos mantenernos firmes en nuestra Emuná, Simjá, y Bitajón, si Di-s libre, perdiéramos ciertas cosas (así sea temporeramente)? Pregunta difícil, ¿no? Me encantaría escuchar sus opiniones. Es definitivamente algo en que pensar al aproximarlos a los Yamei Norayim y al revaluar y restablecer nuestra relación con Di-s.
Que todas seamos inscritas y selladas en el Libro de la Vida y que tengan todas una Shaná Tová Umetucá… un año dulce, lleno de alegrías y cosas buenas. ¡Y que nos mantengamos paradas firmemente!
Yael
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