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¡Espero que hayan tenido un lindo y féliz Purim! Esta semana tuvimos el placer de tener a Patty Zrihen Makeup Artist darnos consejitos de belleza y palabras de inspiración. (Si se lo perdieron pueden leer el post aquí.) Hoy quiero dejarlas con unos consejitos de belleza que podemos aprender de la Reina Esther, heroína de la historia de Purim.
Cuando el malvado Haman amenazó aniquilar a todo el pueblo judío, la Reina Esther arriesgó su vida presentandose frente al rey Achashverosh a apelar su causa y la de su pueblo. Esther no había sido convocada por el rey en treinta días, y aparecerse sin convocatoria podría resultar en un fin fatal.
Esther ayunó por tres días antes de presentarse frente al rey. Yo no se ustedes, pero después de un ayuno lo menos que me veo es digna de presentarme ante un rey. ¡Esther ayunó tres días!
Repacemos a la historia que precipitó que nuestra heroína enfrentara tal circunstancia.
El eccentrico rey Achashverosh, ordena que su mujer, la reina Vashti aparezca ante él y sus invitados, sin llevar nada mas que su esplendorosa corona. ¡Si, desnuda! Vashti se negó. ¿Qué, estaba indignada? No precisamente. Vashti no era ninguna santa. Lo que el rey pidió no era algo inusual en la vida de estos ostentosos y vulgares personajes. Lo poco usual en este caso, fue que Vashti estaba cubierta de barros horrorosos y se sentía incapaz de aparecer en público. Si, en esta dada ocasión, Vashti se vio… fea.
Vashti era una mujer sumamente vanidosa. Su confianza en si misma se basaba en lo que expresaba su apariencia física y en la admiración que producía en los demás. Se había reducido a un maniquí humano. Tan así, que Vashti prefería estar muerta a que la vieran fea. Irónicamente, al final, le sucedieron las dos cosas.
No me mal interpreten. No tengo nada en contra de la belleza física. Claro que debemos vernos y sentirnos bellas, pero hay una linea muy fina que debemos marcar entre vernos atractivas y vivir pendientes de atraer. Cuando la belleza se convierte en el objetivo y nuestro punto de parida para todo, esta se convierte en algo que no perdura y que nos distrae de la verdad; como en el caso de Vashti. ¿Cuál es esta verdad a la que me refiero? Que nuestro ser es ambos cuerpo y alma. Poseemos un alma bella, la cual también hay que nutrir para que pueda irradiar a través de nuestro cuerpo.
Los que buscan la verdad y trabajan en si mismos, tratando de refinarse internamente, son recompensados con un una belleza eterna, una que ninguna crema puede ofrecer. Una belleza que irradia desde el interior.
Este es el caso de nuestra heroína, Esther. Cuando llegó el momento de presentarse ante el rey, ella no exigió nada y dice la Megilá que Esther fue bella ante los ojos de todo el que la vio. La belleza de Esther se define en la Megilá como la gracia y amabilidad que ella personificaba. Se nos describe a Esther como una mujer con una autoestima sana, una mujer que se valoraba a si misma por encima de su apariencia física. Su espejo no fue su guía de vida, sino sus intensiones de ayudar a los demás y vivir una vida con pleno sentido. Fue su belleza interna la que irradió hacia afuera, produciendo armonía y equilibrio entre su ser interno y su apariencia externa.
Ahora entendemos por que Esther ayunó durante tres días, en vez de someterse a tratamientos de belleza por 72 horas. En este punto crítico de su vida y de todo el pueblo judío, Esther sabía claramente que el éxito de su misión no dependía de cuanto nutriera su ser externo, sino de un trabajo intenso de embellecimiento interno.
Con un corazón roto de teshuvá (arrepentimiento), ojos rojos de tanto llorar, y complexion verdosa de tanto ayunar, se presentó ante el rey y sorprendentemente, este la aceptó. ¿Pénsaba Esther que su futuro estaba en manos de este rey? No. Dada su sensibilidad y refinamiento interno, Esther sabía que la salvación vendría si H» el Rey de reyes aceptaba su teshuvá y la de su pueblo.
Aprendamos de la Reina Esther…
- Si queremos tener labios bonitos, no es suficiente ponernos el tono correcto de lip gloss; usémoslos pra decir palabras dulces y amables.
- Para tener ojos atractivos, la mascara o el rimel son efectivos, pero más aún son el buscarle el lado positivo a los demás y a las cosas.
- Para tener una figura esbelta, compartamos nuestra comida con el que la necesita.
- Y para tener buena postura, caminemos con la confianza de que estamos caminando con Di-s.
Que la alegría de Purim y de Adar infunda sus vidas por el resto del año. ¡Que tengan un Shabbat Shalom!
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